SIN
MANCHAS DE SOL
“El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene
manchas.
Los desagradecidos no hablan más que de las manchas.
Los agradecidos hablan de la luz”
José Martí
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grandes logros culturales (II)
En
este país había algo que era oficialmente calificado como arte y existía “otra
cosa” a la que se le atribuyeron múltiples denominaciones, folklore era una de
ellas, cosa rara que para denominar nuestras más arraigadas tradiciones y
manifestaciones hayamos recurrido a una palabra que comprenderla implica apelar
al diccionario inglés-español. Es raro más no casual, puesto que esa “otra
cosa” no era aceptada por la ideología dominante como arte y mucho menos
cultura, cada vez más se asociaban estas manifestaciones a un cierto “atraso” existente
en nuestro pueblo y en el mejor de los casos, frente a la resistencia cultural,
se le tenía como objeto de estudio y difusión, casi esnobista, de fundaciones
privadas adscritas a las grandes industrias de la explotación nacional.
El
rentismo petrolero había surcado profundamente nuestra identidad, de modo tal
que cualquier manifestación tradicional inspirada en nuestras creencias
mágico-religiosas, orígenes ancestrales, leyendas y mitos, costumbres, ritos
milenarios y sincretismos debía ser superada para abrir paso al “progreso”, a
la modernidad avasallante que nos ponía a la par de las sociedades “más
desarrolladas”, levantando así el capitalismo su fachada de representaciones
ideológicas dominantes para velar la realidad, tal y como lo aporta Ludovico
Silva en su obra indispensable “Contracultura”. De este modo, existía una
cultura y un arte que merecieron laureados reconocimientos, las mejores salas
de exposición, grandes escenarios vedados al pueblo, inmensas galerías y todo
el desarrollo de una estética puesta al servicio de los intereses clasista de
un élite que, como buena burguesía, debía ser aparentemente culta al estilo del
desarrollo occidentalizado.
Con
estos claros propósitos nuestra cultura originaria, tradicional y popular comenzó a ser
estilizada, modernizada, adaptada a los cánones que la hicieran apta para
entrar en el mercado de las mercancías culturales; por “ese camino”, que ahora pretender pintar
con florecitas, fue que entregaron nuestra
Piedra Abuela Kueka, patrimonio ancestral de los Pemones y al que nos
referiremos en otra oportunidad, sin detenernos a contar ahorita las pruebas
del olvido del que fueron objeto nuestros pueblos indígenas. Curiosamente
quienes nos acusan de ser militantes del pensamiento único, nos imponían la
dictadura de la cultura única, menospreciando nuestra maravillosa diversidad
cultural e invisibilizando los poderes creadores del pueblo.
En
1999, año Constituyente, el carácter multiétnico y pluricultural de nuestro
pueblo se hace Preámbulo de la Carta Magna y más adelante se preceptúa la
cultura como bien irrenunciable y derecho fundamental, confiriendo especial
atención a las culturas populares constitutivas de la venezolanidad y por
primera vez reconoce a los pueblos indígenas en toda su expresión. A partir de
allí la Revolución Bolivariana, a través de su política pública, ha
desarrollado programas y proyectos con el pueblo creador de protagonista, que
permiten afirmar como segundo gran logro en esta área el reconocimiento y
vivencia de nuestra diversidad cultural, teniendo notables avances en la
Portuguesa Socialista. Más allá de los avances institucionales, como la
creación del Centro de la Diversidad Cultural, la ampliación del concepto de
patrimonio hacia lo intangible, el surgimiento de cientos de nuevos espacios
culturales, la visibilización y difusión de nuestras manifestaciones, hay una
revalorización de nuestra identidad cultural en todas sus expresiones. Para
comprobar este logro miremos nuestras escuelas y el trabajo de los docentes cultores
del arte, el trabajo de la Misión Cultura en el trabajo de proyección de las
manifestaciones y diversidad cultural, la activación de las Casas de Cultura, el
apoyo brindado a las organizaciones naturales del pueblo creador a través del
Sistema Nacional de las Culturas Populares que incorpora a los cultores de
tradición y a los creadores de lo popular –contemporáneo, todo ello mientras el
Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles florecen y se riegan por
todo el mundo con un apoyo indiscutible del Gobierno Bolivariano. Hemos
superado la dicotomía entre lo que es arte y no es arte, lo que es cultura y no
lo es, reconocemos todas las expresiones y garantizamos el acceso del pueblo al
hecho y proceso cultural liberador en igualdad de condiciones, dejando que los mismos creadores y creadoras se encarguen
de, volviendo a Ludovico, “recordarle a la sociedad que ninguna civilización es
verdaderamente grande si no asume como primera función el humanismo”, para
romper con la alienación capitalista que deshumaniza todas las relaciones
sociales.
Esta
Batalla de las Ideas en el plano cultural se libra cotidianamente, por todos
los medios existentes siguen tratando de imponer la estandarización cultural apátrida
mercadeada por el imperialismo, por eso seguimos convenciendo, superando
barreras, fetiches, estereotipos, clichés, ataduras que dificultan dar al
traste con el chantaje de esa cultura impuesta, de allí la importancia de que
como pueblo protagónico de este proceso le demos continuidad hasta afianzar la
descolonización cultural, gran reto del nuevo período que iniciaremos el 7 de
octubre.
Y
el mejor esfuerzo lo hace un pueblo, que no cree en falsas ideas de progreso al
reconocer nuestra cultura diversa como parte de la historia común de todo un continente
que sufrió el mayor genocidio cultural y por ello en días pasados se
constituía, sin ningún tipo de exclusión o discriminación, la Red de Patrimonio
Intangible y Diversidad Cultural, los
inolvidables Desfiles Bicentenarios de los 2 últimos años y el que se realizará
mañana muestran la hermosa conjugación de cientos de expresiones culturales de
todos los rincones del país, las Turas están en proceso de convertirse en
Patrimonio Cultural de la Humanidad -en Portuguesa hay un Patio de Turas-, el Joropo Criollo Venezolano avanza en la
recuperación de sus características originarias, seguimos reclamando la
repatriación de la Piedra Abuela Kueka, miles de creadores participaron de la
Gran Explosión Cultural Bicentenaria, día a día nuestros niños y niñas conocen
y se apropian de la cultura y arte de nuestro pueblo en escuelas y comunidades,
todas las manifestaciones culturales posibles han pasado por el Café Bolívar
Cultural del ICEP, más personas conocen la Danza del Café de Sucre y las
Locainas de Agua Blanca-San Rafael de Onoto, cientos de miles de obras de
teatro, danza, exposiciones, tallas, encuentros artesanales, muestras
fotográficas, conciertos, escritores publicados, discos replicados, se riegan
por todo el país y nos regalan cada día la maravilla de crear y vivir nuestra
diversidad cultural… con corazón venezolano!
Ma. Teresa Espinoza O.
@mariateresae
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