martes, 14 de agosto de 2012

8 grandes logros culturales (II)


SIN MANCHAS DE SOL
“El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas.
Los desagradecidos no hablan más que de las manchas.
Los agradecidos hablan de la luz”
José Martí

8  grandes logros culturales (II)

En este país había algo que era oficialmente calificado como arte y existía “otra cosa” a la que se le atribuyeron múltiples denominaciones, folklore era una de ellas, cosa rara que para denominar nuestras más arraigadas tradiciones y manifestaciones hayamos recurrido a una palabra que comprenderla implica apelar al diccionario inglés-español. Es raro más no casual, puesto que esa “otra cosa” no era aceptada por la ideología dominante como arte y mucho menos cultura, cada vez más se asociaban estas manifestaciones a un cierto “atraso” existente en nuestro pueblo y en el mejor de los casos, frente a la resistencia cultural, se le tenía como objeto de estudio y difusión, casi esnobista, de fundaciones privadas adscritas a las grandes industrias de la explotación nacional.

El rentismo petrolero había surcado profundamente nuestra identidad, de modo tal que cualquier manifestación tradicional inspirada en nuestras creencias mágico-religiosas, orígenes ancestrales, leyendas y mitos, costumbres, ritos milenarios y sincretismos debía ser superada para abrir paso al “progreso”, a la modernidad avasallante que nos ponía a la par de las sociedades “más desarrolladas”, levantando así el capitalismo su fachada de representaciones ideológicas dominantes para velar la realidad, tal y como lo aporta Ludovico Silva en su obra indispensable “Contracultura”. De este modo, existía una cultura y un arte que merecieron laureados reconocimientos, las mejores salas de exposición, grandes escenarios vedados al pueblo, inmensas galerías y todo el desarrollo de una estética puesta al servicio de los intereses clasista de un élite que, como buena burguesía, debía ser aparentemente culta al estilo del desarrollo occidentalizado.

Con estos claros propósitos nuestra cultura originaria,  tradicional y popular comenzó a ser estilizada, modernizada, adaptada a los cánones que la hicieran apta para entrar en el mercado de las mercancías culturales;  por “ese camino”, que ahora pretender pintar con florecitas, fue que entregaron nuestra  Piedra Abuela Kueka, patrimonio ancestral de los Pemones y al que nos referiremos en otra oportunidad, sin detenernos a contar ahorita las pruebas del olvido del que fueron objeto nuestros pueblos indígenas. Curiosamente quienes nos acusan de ser militantes del pensamiento único, nos imponían la dictadura de la cultura única, menospreciando nuestra maravillosa diversidad cultural e invisibilizando los poderes creadores del pueblo.

En 1999, año Constituyente, el carácter multiétnico y pluricultural de nuestro pueblo se hace Preámbulo de la Carta Magna y más adelante se preceptúa la cultura como bien irrenunciable y derecho fundamental, confiriendo especial atención a las culturas populares constitutivas de la venezolanidad y por primera vez reconoce a los pueblos indígenas en toda su expresión. A partir de allí la Revolución Bolivariana, a través de su política pública, ha desarrollado programas y proyectos con el pueblo creador de protagonista, que permiten afirmar como segundo gran logro en esta área el reconocimiento y vivencia de nuestra diversidad cultural, teniendo notables avances en la Portuguesa Socialista. Más allá de los avances institucionales, como la creación del Centro de la Diversidad Cultural, la ampliación del concepto de patrimonio hacia lo intangible, el surgimiento de cientos de nuevos espacios culturales, la visibilización y difusión de nuestras manifestaciones, hay una revalorización de nuestra identidad cultural en todas sus expresiones. Para comprobar este logro miremos nuestras escuelas y el trabajo de los docentes cultores del arte, el trabajo de la Misión Cultura en el trabajo de proyección de las manifestaciones y diversidad cultural, la activación de las Casas de Cultura, el apoyo brindado a las organizaciones naturales del pueblo creador a través del Sistema Nacional de las Culturas Populares que incorpora a los cultores de tradición y a los creadores de lo popular –contemporáneo, todo ello mientras el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles florecen y se riegan por todo el mundo con un apoyo indiscutible del Gobierno Bolivariano. Hemos superado la dicotomía entre lo que es arte y no es arte, lo que es cultura y no lo es, reconocemos todas las expresiones y garantizamos el acceso del pueblo al hecho y proceso cultural liberador en igualdad de condiciones, dejando que  los mismos creadores y creadoras se encarguen de, volviendo a Ludovico, “recordarle a la sociedad que ninguna civilización es verdaderamente grande si no asume como primera función el humanismo”, para romper con la alienación capitalista que deshumaniza todas las relaciones sociales.

Esta Batalla de las Ideas en el plano cultural se libra cotidianamente, por todos los medios existentes siguen tratando de imponer la estandarización cultural apátrida mercadeada por el imperialismo, por eso seguimos convenciendo, superando barreras, fetiches, estereotipos, clichés, ataduras que dificultan dar al traste con el chantaje de esa cultura impuesta, de allí la importancia de que como pueblo protagónico de este proceso le demos continuidad hasta afianzar la descolonización cultural, gran reto del nuevo período que iniciaremos el 7 de octubre. 

Y el mejor esfuerzo lo hace un pueblo, que no cree en falsas ideas de progreso al reconocer nuestra cultura diversa como parte de la historia común de todo un continente que sufrió el mayor genocidio cultural y por ello en días pasados se constituía, sin ningún tipo de exclusión o discriminación, la Red de Patrimonio Intangible y Diversidad  Cultural, los inolvidables Desfiles Bicentenarios de los 2 últimos años y el que se realizará mañana muestran la hermosa conjugación de cientos de expresiones culturales de todos los rincones del país, las Turas están en proceso de convertirse en Patrimonio Cultural de la Humanidad -en Portuguesa hay un Patio de Turas-,  el Joropo Criollo Venezolano avanza en la recuperación de sus características originarias, seguimos reclamando la repatriación de la Piedra Abuela Kueka, miles de creadores participaron de la Gran Explosión Cultural Bicentenaria, día a día nuestros niños y niñas conocen y se apropian de la cultura y arte de nuestro pueblo en escuelas y comunidades, todas las manifestaciones culturales posibles han pasado por el Café Bolívar Cultural del ICEP, más personas conocen la Danza del Café de Sucre y las Locainas de Agua Blanca-San Rafael de Onoto, cientos de miles de obras de teatro, danza, exposiciones, tallas, encuentros artesanales, muestras fotográficas, conciertos, escritores publicados, discos replicados, se riegan por todo el país y nos regalan cada día la maravilla de crear y vivir nuestra diversidad cultural… con corazón venezolano!


Ma. Teresa Espinoza O.
@mariateresae











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